El
minimalismo nos ha dejado una herencia: la decoración en blanco.
Para mi el
minimalismo es una de las corrientes más importantes del siglo XX. Desde mi
humilde opinión el padre del minimalismo en la arquitectura y el diseño
industrial es Mies Van der Rohe quien tenía como lema la conocida frase célebre
“Less is More” (Menos es más). Seguro
que conoces el sillón Barcelona…
Pabellón Alemán para la Exposición de Barcelona en 1929 |
Sillón Barcelona |
El
minimalismo empieza con la música pero se extiende rápidamente a otros ámbitos
artísticos como la pintura y la arquitectura. Es una corriente posterior a la
Segunda Guerra Mundial, surge en los años 60’s pero coge fuerza en los 70’s en
contra de la catarata cromática del Pop Art.
Minimalismo
significa “Reducción a lo esencial” y aboga por el purismo estructural y
funcional, el orden, la geometría rectilínea, la desmaterialización, la síntesis
y el racionalismo.
Esto en
arquitectura, y sobretodo en interiorismo, se traduce en la importancia de la
amplitud; significa conseguir efectos satisfactorios con el menor número
posible de componentes, lo que nos lleva a la ausencia de colores. Por lo
general el blanco domina todos los interiores, aunque a veces se combine con
negro.
Aunque es
un estilo con gran influencia desde hace décadas, hace unos años volvió a
ponerse de moda entre los decoradores y arquitectos, traduciéndolo a las
viviendas tradicionales y de a pie. Los fabricantes de muebles apostaron mucho
por los blancos, las líneas puras, los acabados en brillo. Aunque igual que
entró con fuerza, pronto nos dimos cuenta de que el minimalismo puro y duro es difícil
de traducir al día a día, a los niños, al uso funcional,… pues las casas son
pequeñas, los espacios donde guardar son escasos y es algo ideal pensar en una
casa donde no hay nada más que lo que necesitamos usar en el momento. La solución
fue decolorar los interiores, pero mantener las texturas, las formas, las
cantidades de lo que necesitamos, es decir, aplicamos el lema “menos es más” a
la información que nos dan los pigmentos pero nos quedamos con la esencia de
las cosas.
Decorar en
blanco para mi no es solo luminosidad y espacio, es valorar la riqueza de las
texturas, de las formas, de los volúmenes, quedarnos con la esencia del diseño
y
la belleza de sus líneas. Se trata de percepción, de pureza,de pasión por el
objeto.
Hoy por
hoy la decoración en total white es un clásico, no falla, pues es aplicable a
cualquier estilo, es susceptible de adaptarse a cualquier espacio y necesidad y
si encima la llevas a cabo con objetos con carácter no pasará de moda, mantendrás
siempre el encanto de tu casa.
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